27 may 2013

Recuerdos...

¡Bienvenida Campanilla!

Bienvenida a este pequeño mundo, a nuestro pequeño mundo. Aquí solo estamos tú y yo, porque es aquí donde tú y yo vamos a darle forma a este maravilloso mundo al que nos gusta llamar "Nunca Jamás". Donde las palabras no se las lleva el viento. Donde las mariposas son de color verde. Donde los acantilados tienen una casa esperando a que la encuentre su dueño. Donde somos sirenas con dos piernas. Donde la luna llena tiene cara y ojos. Donde el mayor peligro somos nosotras mismas. Donde el amor es mucho más que amor. Donde nos destrozamos beso a beso. Donde los sueños... sueños son.

En breve marcharé de el paraíso de tu cuerpo, mirada, corazón y alma. Y sé que no podré estar sin echar de menos derramar todos esas palabras, besos, colores y olores que me corren por las venas a borbotones. Todos esos que tú provocas. Que tú creas. Pero es que Campanilla juegas con ventaja, tú sabes hacer magia.

No se que me has hecho, dónde está el encanto. Incluso si quiero pensarlo noto que el corazón me golpea fuerte el pecho. Por eso no insisto. La magia es magia. No tengas miedo de mi miedo. Seguramente, ese sea mi mejor truco, asustarme. Entonces me miras y tu mirada me convierte en valiente. Y no me hace falta escudo ni espada, el arco de mis labios al sonreír me basta.

Me hago a la mar mi Sirena, llegó el momento de convertirse en marinero para ver con mis propios ojos esos lugares de los que tanto me has hablado. Quiero saber más de ti. Siempre. Quiero saber que corrientes te han traído hasta mi. Que vía láctea te dispuso en mi camino.

Con una maleta cargada de olores, fotografías y susurros voy a seguir tus pasos siguiendo el rastro que has pintado en el cielo. En el puto cielo. Llevo un libro de hojas pintado de blanco, un bolígrafo nuevo con ganas de hablar y una botella vacía desde donde lanzaré mis mensajes al mar para que lleguen Nunca Jamás. Como los marineros de verdad. Solo ellos son capaces de reconocer el canto de su sirena cuando se hacen a la mar. Que mis mensajes lleguen a tu orilla, que tu canto llegue a mi oído.

No sé como curaré mi fiebre por las noches, porque la tendré. Bastará pensar con gotas de sudor acariciando tus senos dibujando un rastro de pisadas de estrellas. El sabor de la carne. El alma en las manos. La respiración fulminada. El cerebro en pausa. Un viaje gratis a las estrellas. O infinitos. Hasta que me digas basta. Hasta caer enfermas. Y ya no hay cura para esta bendita locura. Tu cuerpo es el paraíso perdido del que nunca jamás ningún Dios podrá expulsarme.

Te ofrezco un lienzo en blanco, para que pintes nuestro mundo. A mi, simplemente por el hecho de existir y aparecer en mi vida ya me has regalado el mío, todo lo que hay aquí escrito son brochazos que tú has inspirado. Mi musa. La que todos buscamos. La que todos necesitamos para seguir creando. La que yo no tenía. Mi musa, la que me ha devuelto a la vida.

Bienvenida Campanilla, solo faltas tú. Que este mundo no tiene sentido si tú no formas parte de él, porque es gracias a ti que la magia, los duendes, las hadas, los piratas, las princesas y las ranas existen. Porque es gracias a ti, que el amor existe. Nos encontraremos cada noche en el mar, donde la sal cura las heridas, donde los sueños bailan con las olas, donde el calor de una piedra es calor, donde la piel se quita el traje de los miedos para vestirse solo con tu piel. Donde tú y yo somos el marinero y la sirena que nunca pudimos ser.

Te voy a echar terriblemente de menos...

¿Quererte? Quererte no es bastante.

Tu Peter Pan.

[Tú y yo a 3 metros sobre el cielo]


 [ Laru. Cartas al mar desde Nunca Jamás ]




No hay comentarios:

Publicar un comentario